Tras años luchando por no quedarse solo, ahuyentando tempestades a soplidos, malvendiendo su dignidad por un plato de cariño, soportándose a sí mismo y a los demás hasta los límites del delirio... descubrió por casualidad, y por no saber dar forma a una excusa a tiempo, que la soledad, esa absurda enemiga inventada, le sienta como un verdadero guante.
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