22 de marzo de 2011

Caleidoscopio

Los reflejos poliédricos del cristal roto dan forma a una realidad entrampada en pasados difusos, futuros acrisolados y dos presentes atemporales y dulcemente condenados a cruzarse, enredarse y vivir encadenados.

El tiempo se detiene un instante mientras reconstruimos el rompecabezas de la distancia... y el espacio se difumina lo suficiente para que veamos que, para poder saltar sobre la lejanía que aún nos empapa, debemos asumir que quienes asoman en ese reflejo entrecortado somos nosotros.

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