11 de abril de 2011

Cambio de escenario

La charca emanaba extraños aromas aquella mañana. El sempiterno hedor pútrido parecía haberse evaporado como por ensalmo y las aguas semiopacas de siempre habían adquirido ciertos tintes cristalinos.

El sapo, tras el desconcierto inicial, comenzó a croar como si nada hubiese cambiado.

Por si las moscas.

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