Sometido a extrañas presiones externas, arrastrado y llevado por energías inabarcables, sumido en mil espirales enroscadas en su infinito y devastador girar, asolado por pasados ajenos y presentes huidizos.
Pero sin despeinarse.
Sin perder el gesto pétreo que le hizo famoso.
Fiel a sí mismo.
Hasta el final.
Fabulosa plasmación de un tipo de personalidad. Seguro que todos conocemos alguien así.
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