Siempre llego en segunda posición.
Por más que corra, por más que intente adecuar mi cadencia de movimientos al recorrido, por más que planifique mil y una estrategias, por más que ponga al límite músculos, huesos y tendones, indefectiblemente, llego segundo.
Jamás podré ganar a mi sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario