24 de junio de 2011

Tangencias

Sus ojos inquisitivos imantan mi atención, me sustraen de la realidad y troquelan mi voluntad.

Su mirada, tan telúrica como diáfana, se amarra a la mía, la desguaza y la reconstruye, la congela y la hace hervir.

Mañana no recordará mi nombre.

Pero hoy me ha atado, irremediablemente, a la vida.

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