25 de octubre de 2011

Rituales de veranos pasados

Sentado a horcajadas en su silla de enea, al fresco de las noches de agosto, relataba, casi ritualmente, viejas historias (mitad reales, mitad inventadas; siempre las mismas, siempre distintas) ante un público incondicional y a un tiempo severo, formado por un corro hipnotizado de nietos propios y ajenos.

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