Aunque ya hace demasiado tiempo que su memoria danza entre tinieblas y bruma, cada 14 de abril, varias veces al día, se levanta de su sillón como un resorte y busca el polvoriento album en la estantería.
Y, tembloroso pero decidido, bucea entre las fotos amarillentas, deja escapar un par de lágrimas y comienza a tararear viejas canciones que ya casi sólo él recuerda.
13 de abril de 2012
11 de abril de 2012
End
El Universo conocido desaparece de repente.
No tengo tiempo, tan siquiera, de amarrarme a ese tablón casi podrido que flota a escasos centímetros de mi cuerpo.
Una noche eterna y húmeda sucede a la luminosidad explosiva y ardiente.
Si aún quedara algo a lo que mirar, no podría verlo, pues mis ojos han sido dolorosamente devorados por el fuego y las sombras.
Con sumo esfuerzo, y ya casi sin oxígeno, destilo estas pocas líneas para que atestigüen mi definitiva dilución en el espacio y en el tiempo.
Cuento en silencio: 3...2...1...
...0.
No tengo tiempo, tan siquiera, de amarrarme a ese tablón casi podrido que flota a escasos centímetros de mi cuerpo.
Una noche eterna y húmeda sucede a la luminosidad explosiva y ardiente.
Si aún quedara algo a lo que mirar, no podría verlo, pues mis ojos han sido dolorosamente devorados por el fuego y las sombras.
Con sumo esfuerzo, y ya casi sin oxígeno, destilo estas pocas líneas para que atestigüen mi definitiva dilución en el espacio y en el tiempo.
Cuento en silencio: 3...2...1...
...0.
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